En Madrid hay un millón de sitios fascinantes que visitar, cada uno de ellos con su propia historia y encanto.
Después de recorrer sus transitadas calles puedes relajarte dando un paseo por uno de sus famosos jardines, admirando las vistas y disfrutando del remanso de paz que transmiten, de su flora e incluso, a veces, de su fauna. En este post concretamente vamos a hacer referencia al Parque del Moro, situado a espaldas del Palacio Real.
Un dato curioso a destacar es el origen del nombre de estos jardines. Fue en 1190 cuando los musulmanes acamparon en esta ladera en su intento, fallido, de conquistar Madrid. De aquel episodio histórico derivó el nombre por el que hoy conocemos el “Campo del Moro”.
Las primeras obras para acondicionar la zona se deben a Felipe IV, aunque no se llegó a construir nada debido a que no contaban con medios económicos suficientes. Posteriormente, con el reinado de Isabel II reanudan las obras, diseñando un gran parque de tipo romántico. Con la caída de Isabel II, los parques sufren un periodo de abandono y es finalmente la regenta Mº Cristina quien comienza las obras de recuperación, siguiendo el trazado de los parques ingleses del siglo XIX, que corresponden al diseño actual.
Hoy se trata de un hermoso jardín con un gran paseo que de este a oeste comunica directamente el Palacio Real con las riberas del Rio Manzanares. Cuenta con 20 hectáreas de jardines, un museo, fuentes de estilo neoclásico, más de 60 especies diferentes de árboles y numerosas aves, destacando los pavos reales, faisanes y cisnes. Llama la atención que a pesar de estar en el centro de la cuidad, es un lugar aislado del ruido, del tráfico, y del estrés cotidiano. Cuenta con diversas corrientes y puedes perderte por cualquiera de sus rincones, a pesar de ser un jardín concurrido.
Cuenta con tres puertas de entrada, dos de ellas de acceso restringido, situadas en la Cuesta de San Vicente y en la Cuesta de la Vega, y la tercera, de acceso libre, aunque con horarios determinados, se encuentra en el Paseo de la Virgen del Puerto.
Por tanto, si quieres disfrutar de una de las mejores vistas de Madrid, recorrer unos de sus mejores jardines y disfrutar de su naturaleza y tranquilidad no dudes en visitar uno del los pulmones de esta bella cuidad declarado de interés histórico-artístico en 1931 y recomendado tanto para turistas como para residentes de Madrid.
¡A disfrutar!