Su nombre original es “Real Fábrica de Tabacos” y se construyó bajo el reinado de Carlos III por el arquitecto Manuel de la Ballina. Su construcción terminó en 1790.
El edificio de la antigua Fábrica de Tabacos de Embajadores es de titularidad pública, y está adscrito al Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General de Bellas Artes (DGBA). Por sus características, es patrimonio histórico, catalogado como Bien de Interés Cultural.
La Fábrica de Tabacos de Madrid se desocupó definitivamente en el año 2000, justo después de la privatización de La Tabacalera/Altadis. El edificio quedó abandonado durante diez años de progresivo deterioro y nulo mantenimiento, diez años de intermitentes luchas por abrir el edificio a un barrio escaso de espacios públicos.
Actualmente, su situación legal es un tanto peculiar, ya que se denomina un Centro cultural autogestionado, al que puede asociarse cualquier ciudadano.
Este centro no solo es un símbolo de la producción artística, sino también la acción social, el pensamiento crítico y la difusión de ideas, obras y procedimientos que buscan expandir y democratizar la esfera pública.
La visita al sótano de La Tabacalera es imprescindible para los amantes del arte urbano. Decenas de artistas callejeros han transformado las paredes de este viejo edificio en un escaparate de la realidad y las miles de formas de entender el mundo. Una auténtica explosión de sensaciones que se disfruta de principio a fin.
¿Qué más podemos encontrar en la tabacalera?
Desde conciertos, que suelen ser los fines de semana a talleres de pintura, fotografía o música, clases de idiomas: ruso, ingles alemán y español para extranjeros, talleres de baile, teatro, cine…
Su entrada es totalmente gratuita, y apta para todos los públicos de todas las edades.
Tampoco deja a nadie indiferente su zona exterior, una especie de patio que te hará sentir en uno de los ambientes más alternativos de Madrid.
Entre pinturas reivindicativas y hasta un tanto psicodélicas, puedes respirar el aire de Madrid en un ambiente de lo mas vintage.
Podríamos decir que es un espacio de lo más multicultural y poco conocido o frecuentado por la gente pero que no deja a nadie indiferente.
Patrimonio, historia y cultura se mezclan en un solo edificio donde no tan antiguamente solo se fabricaba el tabaco. Como curiosidad os diré que las mujeres que trabajaban en esta fábrica eran denominadas – cigarreras-, las cuales han llenado muchas páginas de la cultura popular madrileña.
Si te apetece hacer algún plan alternativo por Madrid, ¡ve a visitar la Tabacalera! No te dejará indiferente 🙂
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